miércoles, 16 de mayo de 2012

Haz de tu equipo un arma de creación masiva

Repetimos constantemente que "somos nuestro equipo" pero en muchas ocasiones, no es más que un mantra vacío, al que no damos el valor que tiene. Y si nuestro trabajo se centra en desarrollar y facilitar la tarea a nuestro equipo, se hace evidente que su éxito es el nuestro y vice versa.
Además, un departamento de marketing debe ser un motor de creación, que genere constantemente ideas y las lleve a cabo. Por eso es necesario que nuestro departamento tenga energía, confianza y todas las facilidades para producir.

Para poder garantizar que eso sea así, existen algunos consejos a tener en cuenta, ahí van unos cuantos.

1. Elije a los mejores
Idealmente nunca deberías contratar a nadie que no fuera mejor que tú. Cuando decimos que somos nuestro equipo significa claramente eso, somos tan malos como el peor de nuestros colaboradores. Y no hay nada que demuestre mayor mezquindad que no elegir al mejor equipo por temor. Sólo con los mejores seremos mejores. En este sentido, alguien mejor que uno mismo puede ser en general o en conocimientos o aspectos concretos, todo es importante.

2. Construye un equipo
En este país todo el mundo conoce la composición de un equipo de fútbol pero se olvida del hecho de componer equipos de trabajo. Un equipo se compone de gente con distintos perfiles que puedan colaborar. En este punto es recomendable aplicar formatos como el Test Belbin para construir equipos. Como bien él mismo dice: un sujeto no puede ser perfecto, un equipo sí. Piensa que un equipo requerirá de perfiles que te gustan y de los que no: recuerda  que no estás formando un grupo de amigos, sino de colaboradores.

3. Comunicación
En las encuestas de las compañías y en las mesas de café, lo que más se critica sobre la organización de la empresa y de los jefes es la falta de comunicación. Todo falla, tanto la caída en cascada como la comunicación entre compañeros. Esta desconexión genera duplicidad de trabajos, desorientación, errores... trabaja en la comunicación en tu departamento, con ellos y entre ellos. Así como en la que se debe establecer con otros: a nadie le gusta trabajar a oscuras.
Comunicarte significará también escucharles: la comunicación tiene siempre dos direcciones; con lo que debes pedir feedback, oír sus opiniones y hacerlo con dedicación para construir un dialogo que construye.

4. Evita desgastar
Harvard review el diciembre de 2011 explicaba que la conducta más nociva de los jefes es el consumo de sus trabajadores, entendido como ejercer presión y prisa por un proyecto que luego se queda parado. Ese trabajo urgente que se queda en la mesa del superior, en una cola de espera que demuestra la falta de urgencia real. Debemos ser conscientes de la presión que aplicamos, sobre quien y para qué. El uso inadecuado de los recursos (su desgaste) puede comprometer los proyectos futuros y el mismo equipo.

5. Genera confianza
En este sentido, la sinceridad y la claridad es un punto a favor. Si tu equipo es bueno, no puedes mentirles. Tu equipo podrá entender tus errores pero no perdonar tus mentiras, así que sé claro, explica el porqué de las cosas (no solo dar la información para que trabajen bien, también su trasfondo para que entiendan de donde salen las cosas). La sobrevaloración de la información ha llevado a secretismos absurdos en las empresas que generan mitos y rumores (lo que no cuentas, se inventa) que serán más nocivos y que, adicionalmente, rompen tus lazos con tu equipo.

6. Crea una relación de compromiso
Tus resultados dependen de tu equipo, su desarrollo depende de ti. Esta relación debe configurarse para que resulte en un win-win, en la que las dos partes se comprometan para alcanzar los fines. Demuestra a tu equipo que te comprometes con él y te será más fácil contar con ellos. Su desarrollo no es sólo formarles, también pasa por facilitar su trabajo con los demás departamentos, colaborando en que sus proyectos salgan adelante en el entorno de la empresa. 

A partir de estos puntos básicos que se relacionan entre sí, puedes dar algunos pasos más para incrementar los resultados de tu equipo.

7. Motiva
Si escuchas a tu equipo y tienes una relación de compromiso con ellos te será fácil motivarles. Recuerda que cada persona reacciona a estímulos distintos: no intentes motivar a todos con lo mismo (si bien hay cosas que funcionan con todos, cada uno valorará que realmente le correspondas en clave personalizada). La motivación puede estar relacionada con el tiempo, con la reputación o con la responsabilidad; no te centres en las compensaciones económicas, lo que nos motiva está más relacionado con el trabajo del día a día que con nuestro sueldo.
Recuerda en este punto qué es lo que más te ha motivado en tu carrera profesional, que tipo de gente y porqué. Y piensa que tu jefe directo representa un 80% de la satisfacción en el trabajo; lo mismo les pasa a tus colaboradores ¿lo piensas cada vez que hablas con ellos?

8. Pon bases para crear
Si quieres crear, debes poner bases para que la gente cree. El día a día, lo preestablecido y las rutinas eliminan actitudes creativas y suelen acartonar los departamentos. Busca ejercicios, formaciones y formatos que generen bullicio y nuevas ideas entre tu gente, dedica espacios de tiempo para que la gente cree, no simplemente diciendo eso de: "Dale una vuelta", si no dando ESA vuelta con ellos (existen grandes ejercicios creativos para hacer reuniones tipo "dale una vuelta" y aunque implican la dedicación de varios participantes, serán más eficientes que un comentario sin más). Recuerda en dar opciones en lugar de cerrar puertas y ayuda a cada uno a poder poner en marcha las cosas. Cuando no ayudas a facilitar las cosas, la gente se desentiende tan rápido como tú y, aunque no creas en una idea, debes recordar que no siempre tienes razón y que hasta que no esté en marcha, es una buena idea en potencia.

Todos nos creemos buenos jefes, nos gusta pensar que escuchamos, que damos opciones, que facilitamos todo, que si no va todo mejor no es por nuestra culpa, y al menos, en este último punto, nos equivocamos.

4 comentarios:

  1. Así visto.. quién no querría tener un jefe como tú?? ^^

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  2. No he dicho que yo lo cumpla todo, es mucho más fácil decirlo que hacerlo :)
    Pero si no te chivas a nadie te invito a desayunar mañana :P

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  3. De acuerdo con todo Vicenç, el problema es que desde pequeñitos (por lo menos en España) nos educan desde, por y para la individualidad. No se trabaja en equipo, se puntúa individualmente y por ejemplo en mi colegio nos sentaban según la nota que sacáramos. En la universidad más de lo mismo: había un cupo de aprobados lo que fomentaba la competitividad, el no compartir apuntes etc. Por no hablar de las notas de corte, los profesores cuya palabra es dogma, las clases impartidas desde una tribuna en los que no hay ningún tipo de diálogo/relación profesor-alumno...
    La cuestión entonces no es cómo educar al jefe, sino cómo educar a los educadores para que trabajar en equipo sea lo más natural del mundo.
    Por lo demás yo me apunto sin problemas a tener un jefe como tú, aunque no lo cumplas todo e incluso sin desayuno de por medio ;)

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  4. Muchas gracias Elena :)
    La verdad es que tienes razón, en nuestro país el trabajo en equipo es algo muy complicado, por eso, desgraciadamente, sólo es factible en grupos de trabajo jerarquizados (somos incapaces de organizarnos con iguales) y es algo que debería cambiar; tanto en la educación como en la forma de crear sociedad. Tendremos que darle una vuelta para resolver eso, pero si encontramos una respuesta, sería un gran proyecto de emprendimiento social :) un abrazo!!

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